martes, 30 de octubre de 2007

Otra víctima de mi torpeza

Mi Sony Ericsson K310

Todo el mundo que me conoce sabe de mi increíble torpeza. Es una de mis características sobresalientes, lamentablemente.
Además de golpearme con cosas estáticas (mesas, sillas, etc), suele escaparse de mis manos cualquier cosa que esté en ellas, a saber: walkmans/mp3, controles remotos, calculadoras, joysticks, etc. A modo de ejemplo, una vez se me cayó un CD de Queen y al querer atraparlo con las rodillas (estaba sentado en un sillón) lo partí al medio. Síp.

El teléfono celular ilustrado arriba ya había sufrido varias caídas, algunas graves que hasta dejaron marcas impregnadas en su plástico, pero siempre había sobrevivido, hasta ahora...

...que también sobrevivió, pero amputado (!)

En la tarde del jueves, esperando el bondi bajo la lluvia, saco el teléfono de mi bolsillo delantero y por esos misterios de la vida (?) se me cae, golpea en el cordón y vuelan 3 partes, 2 caen sobre la vereda y una en la agüita que se junta al lado del cordón.

Pensando que el celular había pasado a mejor vida (o sea, lejos de mi) y que la parte rota era la delantera (pantalla, teclado, etc), levanto los 2 trozos cercanos con total naturalidad (?) para descubrir que se trataban del teléfono en sí y de la batería. Mojadita como estaba, inserto la batería, prendo, pruebo un par de boludeces y todo OK.

"Buenísimo, este celular es inmortal (?)", concluyo. "Ahora a buscar el resto".

Vuelvo a mirar al suelo y la parte que había caído en el agua (la tapa trasera, que cubre la batería, cámara, parlantito, etc) comenzó a naugrafar (!). Ya no estaba en el lugar donde la había dejado, se encontraba viajando a velocidad constante (?) hacia la Panamericana y como en esa esquina hay un tráfico de la gran puta no metí la mano (por miedo a perderla (!)). Pasados escasos segundos fue a parar al medio de la intersección de las calles, donde ningún auto la pisó pero no se, no daba ir a buscarla... "Ya fue" es una de mis actitudes características y esta vez no fue la excepción.

Es así como llegamos al estado de mi telefonazo de 300 pesos (hace un año) hoy:

¿Pero anda?
Obvio, papá! (?)

Pero en cuanto lo maltrato un poquito (o sea, lo trato como siempre :P) se le sale la batería y hay que ponerla de vuelta, prenderlo otra vez...
Ni hablar lo molesto que va a ser cuando reciba un llamado, tener que mantener la batería en su lugar con el dedo meñique o algo así. Por suerte no pasa casi nunca ya que no me gusta hablar por teléfono...

¿Para qué tenés un teléfono entonces? ¿Sos pelotudo o qué?
Sí (!). Pero los SMS, los jueguitos y la cámara a veces garpan en momentos de tremendo embole.

Pero entonces, ¿tendría que haber arriesgado mi vida por una tapita?
Sí, pero esa no es la moraleja (?).

La verdad es que cuando empecé a escribir esto pensé que iba a ser gracioso o entretenido, pero ahora que releo lo desarrollado hasta acá veo que no es así y parezco el abuelo Simpson contando esas historias que no llevan a ningún lado :s

De todas maneras, si tuviera que llegar a una conclusión podría decir que los productos Sony son los que más chances tienen de sobrevivir a la torpeza de sus dueños.
No es la primera vez que me pasa algo así... por eso lo digo.

((escuchando)) AVERNAL - Useless prayer

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